Estáis leyendo mi blog y os
considero amantes y defensores de la Naturaleza, difícilmente podría ser de
otro modo. Sabéis, como yo, que estamos en un período crítico, de emergencia
climática, de saturación de vertidos contaminantes, de islas de plástico en el
océano, de extinción de numerosas especies animales y vegetales. Y lejos de
encontrar soluciones y aplicarlas, todo empeora. La voracidad de nuestro modo
de vida, occidental y moderno, no tiene límites.
Somos conscientes de ello,
por supuesto, pero este régimen destructivo nos viene impuesto desde las “altas
esferas” de la sociedad: políticos, multinacionales, especuladores,
industriales… Y nosotros nos dejamos llevar como borregos, bien por comodidad,
bien por desidia, bien por ignorancia. Esto último las más de las veces. De
mantenernos ignorantes ya se encargan “ellos”.
Otros reaccionamos.
Luchamos, actuamos, predicamos; y no nos quedamos ahí, plantamos, reciclamos,
reutilizamos, buscamos comercio de proximidad, limpiamos lo que otros ensucian.
En esencia predicamos con el ejemplo y, en ocasiones, llegamos al punto de la
heroicidad: nos encadenamos a árboles, nos enfrentamos a la maquinaria
industrial, nos interponemos en la caza de especies sensibles. Nos estamos
convirtiendo en guerreros, pero no sólo en defensa de la Naturaleza, sino en
defensa de todo cuanto nos convierte en seres libres, sanos, racionales y
felices.
Este humilde guerrero que
esto escribe es muy dado a la bibliofilia, a hurgar en archivos y rastrear la
red, buscando datos, referencias, leyendas, relatos y pensamientos de quienes
nos precedieron en la lucha.
Hace unos treinta años conocí
una historia muy especial, procede del pueblo Cree, una orgullosa nación de nativos
americanos que viven en los territorios canadienses de Quebec, Ontario,
Manitoba, Saskatchewan y Alberta. Fue una de las últimas tribus en resistirse a
entrar en una reserva y mantuvo hasta el final una guerra contra el hombre
blanco por sus derechos y territorios. Actualmente su idioma es, probablemente,
el de más amplio uso entre las lenguas nativas americanas y en ella publican
revistas, periódicos e incluso realizan programas informáticos.
La historia se refiere a una
profecía enunciada en el siglo XIX por
una mujer sabia, una anciana de la tribu Cree llamada Ojos de Fuego. Ante el avance imparable
de la civilización occidental con su carga de muerte y destrucción, reunió a
los ancianos y personajes destacados de su tribu y les comunicó lo siguiente:
Llegará el día
en que la codicia del hombre blanco, del Yo-ne-gi, hará que los peces mueran en
las corrientes de los ríos, que las aves caigan de los cielos, que las aguas
ennegrezcan y los árboles ya no puedan tenerse en pie. Y la humanidad, como la
conozco, dejará de existir.
Llegará un día
en que la Tierra caiga enferma, pero cuando no queden apenas esperanzas,
algunas personas despertarán de su letargo. Llegará un día en el que muchas
personas se levantarán para formar un mundo nuevo de respeto por el Gran
Espíritu de la Tierra. Llegará un tiempo en el que habremos de necesitar a los
que preservan las tradiciones, las leyendas, los rituales, los mitos y todas
las viejas costumbres de los pueblos para que ellos nos muestren cómo recuperar
la salud, la armonía y el respeto a nuestros semejantes.
Ellos serán la
clave para la supervivencia de la humanidad y serán conocidos como los
Guerreros del Arco Iris.
Estos Guerreros
del Arco Iris proporcionarán a la gente los principios y reglas para hacer una
vida acorde con el mundo. Estos principios serán los mismos principios que
seguían los pueblos del pasado. Los Guerreros del Arco Iris le enseñarán a la
gente los viejos hábitos de la unidad, del amor y de la comprensión.
Hablarán de
armonía entre las personas de las cuatro direcciones de la Tierra. Como en las
antiguas tribus, ellos enseñarán cómo orar al Gran Espíritu, dejando que el amor
fluya, como las hermosas corrientes que descienden de las montañas, por cauces
que las llevan a unirse con el océano mismo de la vida.
Y una vez más
renacerá la alegría de estar en compañía, como también estarán en capacidad de
sentir alegría profunda en la soledad. Ellos estarán libres de envidias
mezquinas, y amarán a toda la humanidad como sus hermanos y hermanas, sin
distinción de color, raza o religión. Sentirán cómo la felicidad inunda sus
corazones y se fundirán como uno con el resto de la creación. Sus corazones
serán puros e irradiarán calor divino, comprensión y respeto por toda la
humanidad, la Naturaleza y el Gran Espíritu. Una vez más, ellos impregnarán en
sus mentes, corazones y almas, acciones con pensamientos hermosos y puros;
buscarán la belleza del Maestro de la Vida, el Gran Espíritu, encontrando
fortaleza y belleza en la oración y la soledad.
Y sus hijos una
vez más podrán correr libres y disfrutar los tesoros de la Naturaleza y de la
Madre Tierra. Libres de temores y venenos, originados por la destrucción traída
por el Yo-ne-gi y sus prácticas codiciosas. Los ríos fluirán limpios otra vez,
los bosques serán abundantes y llenos de hermosura, y otra vez habrá aves y
animales sin número. Los poderes de las plantas y los animales nuevamente serán
respetados, y la conservación de todo aquello que es bello será un Camino de
Vida.
Los pobres,
enfermos y necesitados estarán cuidados por sus hermanos y hermanas de la
Tierra; las prácticas de sanación volverán a ser nuevamente parte de su vida diaria.
Los líderes de las personas serán escogidos como en los tiempos antiguos, no
por el grupo político al que pertenezcan, ni porque griten más fuerte o
polemicen más, o por simple nombre o abolengo. Líderes serán aquellos cuyas
acciones digan más que sus palabras. Aquellos que demuestren su amor, sabiduría
y coraje, aquellos que hayan sido capaces de actuar por el bien de todos. Serán
elegidos por sus cualidades, no por la cantidad de dinero que posean.
Y al igual que
los jefes devotos y considerados de la antigüedad, los Guerreros del Arco Iris
usarán su amor para entender a la gente y para asegurarse de que sus niños y
jóvenes sean educados con el amor y sabiduría de la Naturaleza. Ellos mostrarán
qué milagros pueden ser logrados, para sanar este mundo de todos sus males y
devolverle la salud y la belleza que antes tuvo. Las tareas encomendadas por
estos Guerreros del Arco Iris son grandes y muchas.
Habrá enormes
montañas de ignorancia que será necesario vencer; se enfrentarán contra
prejuicios y odio. Ellos deberán perseverar con dedicación, inquebrantables en
la fortaleza de sus corazones. Porque en su camino hallarán mentes y corazones
dispuestos a seguirlos en esta senda que le devolverá a la Madre Tierra toda su
belleza y su plenitud.
Ese día llegará
pronto, ya no está lejos. Llegará el día en que nos demos cuenta de que todo lo
que somos, nuestra existencia misma, se la debemos a las gentes que han
preservado su cultura y su herencia, a esas personas que han mantenido con vida
los rituales, las historias, las leyendas y los mitos. Y será gracias a este
conocimiento que ellos han preservado, como volveremos a estar otra vez en
armonía con la Naturaleza, con la Madre Tierra y con la humanidad misma. Y
descubriremos que este conocimiento es nuestra clave para la supervivencia.
Éstos serán los Guerreros del Arco Iris, y ésta es la razón que me impulsa a
proteger la cultura, la herencia y los conocimientos de mis antepasados.
Muchas veces soy pesimista, el cambio climático es
irreversible, los vertidos de desechos a ríos y océanos continúan, hemos
acabado con numerosas especies animales y vegetales en el planeta, estamos
provocando la sexta extinción masiva y nada indica que estemos próximos a
detener y revertir la situación. En esos momentos me acuerdo de esta profecía y
decido creerla.
No sólo la recuerdo sino que, con más energía si
cabe, afronto la responsabilidad de ser uno de esos Guerreros del Arco Iris que
desafíe con decisión los retos ambientales, sociales y morales a los que nos
enfrentamos. No soy el primero ni, afortunadamente, seré el último, sólo soy un
eslabón más en la cadena de guerreros necesarios para culminar la profecía,
pero somos pocos. Necesitamos que la sociedad tome conciencia real de la
situación, que sea capaz de salir de la manipulación ejercida por el Sistema y
reaccionar para perseguir ese estado de paz, racionalidad, salud y felicidad
que sin una Naturaleza sana es imposible alcanzar.
Esta leyenda es realmente inspiradora, tanto que la
organización Greenpeace la usó para bautizar en 1978 a su buque insignia, el
Rainbow Warrior y a los que le sucedieron. Este barco fue tan emblemático y tan
activo en la defensa de los mares que los servicios secretos franceses
atentaron contra él en 1985, consiguiendo hundirlo y asesinar de paso a uno de
sus tripulantes, el fotógrafo Fernando Pereira. Ser Guerrero del Arco Iris es
peligroso. Muchos de estos guerreros fueron asesinados por defender el planeta;
el último del que tengo noticias ha sido el mexicano Homero Gómez González el
catorce de enero de este año.
Pero, aunque el reto sea grande, quizá excesivo, y
se presente peligroso, no tenemos opción. A marchas forzadas el planeta muere, la
sexta extinción masiva de especies está en marcha. En anteriores extinciones
llegaron a sucumbir hasta el noventa por ciento de las especies, incluyendo a
las dominantes. O actuamos y revertimos la situación o quizá no sobrevivamos.
Ojos de Fuego nos lo pidió: Necesitamos Guerreros
del Arco Iris. Cumplamos la profecía.
Pues no sabía yo que el Rainbow Warrior tomaba su nombre de esta bonita leyenda que has compartido. ¡Qué bonito y qué alegórico!
ResponderEliminarYo también quiero ser una guerrera, aunque el desánimo me puede y temo que esta es una batalla perdida.
Reciclo todo lo reciclable desde hace años (y desde que mi ayuntamiento me pone contenedores adecuados) aunque me suponga tener en la cocina más cubos de basura que lugares para sentarse a comer, intento consumir productos sin envasar y de cercanía, y asisto, de vez en cuando, a alguna manifestación de protestas varias relacionadas con la contaminación (la última cuando se cargaron el proyecto Madrid Central).
Lucho en la medida de mis posibilidades, pero tengo la sensación de que no sirve de nada. Ando baja de moral aunque esta leyenda tan bonita me ha dado un chute de energía.
Confiemos en que el día profetizado por el pueblo Cree llegue por fin.
Un saludo y perdona el rollo.
¿Perdonar el rollo? ¡Eres fantástica en tus comentarios! Lo de los cubos de basura lo entiendo perfectamente, sobre todo cuando las cocinas modernas tienen apenas 7 m2. El problema del reciclaje no está sólo en la concienciación de los usuarios, sino en la gestión de los residuos por parte de la administración, véase Zaldibar. Yo también soy pesimista la mayor parte del tiempo pero, como a ti, esta leyenda me da nuevos ánimos. ¡No decaigamos! Gracias por ser una Guerrera del Arco Iris.
EliminarPD. Dejo aquí la dirección de tu blog pues lo considero magnífico y animo a mis lectores a seguirte: https://demenciayciencia.blogspot.com/. Divulgas ciencia de una manera excelente.
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me voy he aprendido
ResponderEliminarme ha gustado el sabor de lo que escribes
un placer el leerte
Hola Mucha. Gracias por visitarme y comentar. Me alegro de que te guste lo que escribo. Yo también me he dado una vuelta por tu blog y me gusta lo que leo; todo tiene aroma de tango. Un abrazo.
Eliminarte espero me gustan tus palabras de cualquier manera
ResponderEliminarGracias. Estos días estoy más atareado con el trabajo y dedicando tiempo a mi nueva novela, pero espero no tardar en sacar un nuevo post.
EliminarProfecías ancestrales. Viejas leyendas que son tan actuales y tristes. Uno a veces tiene una visión pesimista sobre nuestro futuro. "Llegará un tiempo en el que habremos de necesitar a los que preservan las tradiciones, las leyendas, los rituales, los mitos y todas las viejas costumbres de los pueblos para que ellos nos muestren cómo recuperar la salud, la armonía y el respeto a nuestros semejantes". Creo que todos somos guerreros. No tenemos que bajar los brazos. Dejar de lado el egoismo eso es lo mas importante. Gracias por compartir la leyenda de los guerreros del arco iris.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Opino igual, somos guerreros; y quien no se considere así debe saber que también está obligado a serlo. El futuro del planeta depende de que todos seamos uno entre nosotros y con él.
EliminarMe llama la atención eso que en África y en muchas culturas del sur, tienen cómo premisa, respetar a los mayores y sus leyendas. Es asombroso cómo podríamos ayudar al planeta y ayudarnos al mismo tiempo a nosotros mismos. Yo, en la ciudad en la que vivía no habían habilitado las recogidas de reciclaje, pero ahora, en cataluña, es una practica diaria desde hace muchos años. No sé muy bien si, todos pensamos igual, pero sí sabemos lo que no queremos. Buena propuesta para abrir los ojos y sobre todo, no perder las viejas costumbres. Por que los estamentos están haciendo desterrar lo que el pueblo ha dedicado con esmero para forjar familias, comunidad, países enteros... etc
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Existe una ley no escrita a la que yo llamo la Ley de la Experiencia Directa. Se basa en que las creencias, mitos y culturas ancestrales, entre las que se incluyen las ideas religiosas, el animismo, el chamanismo y todo el ideario trascendente, procede de una realidad experimental entre la humanidad y su entorno, la Naturaleza. Esa experiencia ancestral pervive en los mitos y leyendas que transmiten a través de los siglos, un patrimonio de incalculable valor. Es tarea obligatoria de todos nosotros preservarlos y transmitirlos. Mil gracias por tu comentario.
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